Mientras aumentan las quejas desde todos lados por los niveles de improvisación con los que el gobierno se enfrentará en sólo unos meses a celebración de los 200 años de la anexión de Chiloé al territorio nacional, desde el ejecutivo se celebra, se regocijan y se sacan los chanchitos porque hay logotipo del bicentenario.
Sin una obra importante que vaya a dar cuenta de esta histórica fecha, igual como sucedió hace 100 años, para el Centenario, cuando la oligarquía nos gobernaba (casi escribo “igual que ahora”) Chiloé conmemorará sus 200 años de vida republicana sin nada importante que mostrar en el futuro.
Hay algunos proyectos, dirán para justificarse, pero que siendo realistas de aquí a enero del próximo año, cuando se celebre el bicentenario, no van a estar y no habrá nada que inaugurar, quizás un nuevo monolito, que no sirve de nada, como el que se construyó hace cien años.
Pero no importa, pues el gobierno se regocija porque tenemos un logo, que surgió de un concurso denominado Sello Bicentenario, gracias a un convenio entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y la Delegación Presidencial Provincial de Chiloé.
Entre tres se eligió uno. Se llamó a votar a los vecinos de las diez comunas de Chiloé para elegirlo y el proceso convocó a sólo 1.484 personas, “con una amplia participación en comunas como Ancud, Castro, Quellón y Curaco de Vélez”, dijeron en un comunicado desde la delegación provincial. Si se hubiesen ahorrado el “amplia” todo bien, pues como dijimos en una nota anterior, la participación anduvo por ahí con las elecciones en línea que hace el Frente Amplio. (Parece que superan las mil personas es bueno)
“El Sello Bicentenario será la imagen gráfica oficial que acompañará todas las obras, actos y celebraciones del Plan Bicentenario de Chiloé, simbolizando la historia, cultura, resiliencia y proyección futura del territorio. Su creación nace desde una demanda de los municipios por generar una conmemoración con sentido identitario y participación ciudadana real”, dice casi al final el comunicado, dejando entrever que si no fuese por la presión de los municipios, la conmemoración de los 200 años del Tratado de Tantauco le hubiese importado un rábano al gobierno, pero como se indicó al principio, hay logotipo y que los chilotes nos demos con una piedra en las muelas por tamaña forma de conmemorar la anexión del último reducto español en toda América del Sur a la naciente República de Chile.

