Hace una semana La Muralla fue a hasta la delegación presidencial de Chiloé, pues al llamar por teléfono a los representantes del gobierno en la provincia, nadie contestaba.
La diligencia era simple: pedir a su encargada o encargado de comunicaciones (ahí supimos que era encargado) que nos enviaran el material de prensa que producen contando las noticias del gobierno en Chiloé.
Se nos explicó que, como al parecer se acostumbra ahora, nos incorporarían a un grupo de whatsapp por donde se entrega la información a los medios, nada de correos, como aún las y los periodistas con más experiencia (para no decirle viejas y viejos) se entiende con la prensa.
La ex gobernación de Chiloé, ahora delegación presidencial provincial, parecía un edificio fantasma, ni un alma y lejos se veían esos días en que la prensa castreña se juntaba a sus afueras a compartir información y principalmente porque allí, en el edifico blanco frente a la plaza de Castro, siempre algo ocurría.
Y para qué hablar de la figura del delegado, si incluso para escribir esta editorial debimos googlearlo, pues no nos acordamos de su nombre y otra vez surgió el recuerdo de cuando ser el o la representante de un gobierno en un territorio tan particular como Chiloé, el último reducto español y eso, tenía más sentido, peso y significado.
Pero vale la pena señalar que el deterioro de esta figura comenzó hace rato, gracias a impresentables gobernadoras y gobernadores, luego delegadas y delegados que ostentando el cargo, simplemente no dieron el ancho al representar a de sus gobiernos en el archipiélago.
Marcelo Malagueño se llama el actual delegado y salvo en las redes sociales de la delegación, se le ve re poco y aparece en las fotos como en segundo plano, casi pidiendo disculpas por existir y da la impresión que se negaran a gobernar, que les molesta, que no quieren hacer sombra, ni olitas, que es mejor así: pasar piola, total “estamos de paso”, dirán.
Y entre paréntesis, luego de una semana de supuestamente haber incorporado La Muralla al grupo de whatsapp de la delegación, no recibimos ni un sólo comunicado o una foto, o lo cualquier cosa para contar qué está pasando y principalmente para contar qué está haciendo en gobierno del presidente Boric en Chiloé. A buen entendedor: durante una semana no pasó nada digno de contar; durante una semana el gobierno del presidente Boric en Chiloé no tuvo nada que contar.

